A Roma con amor

Director: Woody Allen
Inteépretes: Alec Baldwin, Jesse Eldemberg, Ellen Page, Penelope Cruz.
Se podría decir que es un collage: una mezcla de cuatro historias diferentes cuyo único nexo es que se desarrollan en Roma. Nos las cuenta por partes, intercalando fragmentos de cada una de ellas.
Pero también es un collage de referencias al cine.
Encolados estos pedazos por estampas tópicas de Roma, no por ello carentes de belleza, y por un barniz de surreralismo que caracteriza a casi todas sus películas, Woody Allen nos presenta, en su más puro estilo, una simpática comedia que, como el aroma del vino en la copa, está llena de matices que nos evocan a Audrey Hepburn, a Felinni y al propio Allen.
Una joven turista americana preguntando con cara de despistada a un apuesto romano con cara de romano por la Fontana de Trevi. Él, galante, se ofrece a acompañarla. Una sucesión de postales de Roma por las que ambos pasean cada vez más juntitos. Y la más que previsible cena a la luz de las velas. Es el comienzo de la primera historia en la que uno no puede evitar acordarse de "Vacaciones en Roma".
Rozando la comedia de enredo, la chica invita a sus padres neoyorquinos a conocer a su estrenada familia política tras su amor a primera vista. Su padre (Woody Allen), jubilado director de ópera, descubre en su consuegro a un frustrado tenor que tiene una fantástica voz, pero un pequeño inconveniente: solo canta bien en la ducha.
La segunda historia la protagoniza Jonh: un famoso arquitecto norteamericano (Alec Baldwin) que pasa en Roma unos días de vacaciones y se pierde en el Trastévere buscando el edificio en el que vivió un año en su juventud. Un estudiante de arquitectura le reconoce y le invita a su casa, donde se ve mezclado como testigo en otro enredo propiciado porque la novia del estudiante invita a una amiga a pasar unos días con ellos para ayudarle a superar una ruptura reciente. John aparece en las escenas mientras se desarrolla la trama dando consejos al joven, con un juego entre presencia real e imaginaria que empleó Woody Allen originariamente en la "Rosa Púrpura del Cairo" y más recientemente en "Midnight in Paris", y que hace dudar al espectador si la historia es en el presente o John está recordando su vida pasada en Roma.
La tercera historia la protagoniza una pareja de recién casados provincianos que llegan a la ciudad buscando medrar en la alta sociedad apoyándose en la familia del chico. Aquí casi calca Allen el guión de "El Jeque Blanco" de Fellini. El desparpajo de Penélope Cruz en el papel de prostituta le da un toque de frescura y humor al desarrollo de este nuevo enredo.
Por último, Roberto Benigni está sublime en el papel de Leopoldo. Un mediocre oficinista que salta repentinamente a la fama sin ninguna justificación y es avasallado por hordas de periodistas y fotógrafos que le persiguen como a la viuda de Steiner en "La Dolce Vita". De nuevo Felini. Y una crítica mordaz a la famoseo injustificado de los que frecuentan la prensa rosa.
Una película entretenida, sin más pretensiones probablemente que pasar un buen rato, repleta de tópicos que, por lo burdos y exagerados, la hacen más simpática, y en el más puro estilo de un Woody Allen que a sus casi 77 años parece que ha querido meter en una coctelera todos los ingredientes de su juventud creativa. A los "woodyallenófilos" os va a encantar. No os la perdáis. Ave.
Daniel H

8 comentarios:

Anónimo dijo...

...pues yo discrepo totalmente!...después de MIdnight in Paris pensaba que Allen había recuperado su buen hacer pero ha vuelto a demostrar que el querer hacer una peli cada año no es ya una buena idea porque precisamente le fallan las ideas.

Para mi con haber explotado un par de esas historias y haberlas entremezclado hubiera sido mucho mejor que sacar a la luz varias historias cortas en las que los personajes no tienen nada que aportar y ni los actores demuestran su buen hacer... ...totalmente defrauda!!! :(
MaRtaG.

Daniel H dijo...

Vaya! Empieza el debate ;-) Supongo que a mí no me ha defraudado porque no esperaba más, me resultó entretenida y pasé un buen rato.

Miryam dijo...

Yo me reí un montón, la verdad, en una semana que estaba siendo muy dura para mí, pasé un rato estupendo.

Dolo dijo...

A mí me ha encantado.Digamos que hay un Woody trascendente y otro divertido y aunque parezca superficial siempre aporta su ingenio y su gusto por los clásicos.
Yo estoy con Daniel, también es que soy fan

Anónimo dijo...

Yo también soy fan y por eso me sabe mal salir defraudada de sus pelis como me pasó con Vicky, Cristina, Barceloa y ahora con ésta. Reconozco que también me he reído pero sólo en las escenas en las que precisamente sale él...
MaRtaG.

ATIMO dijo...

A mi me encanta Woody Allen y aunque también me reí salí un poco decepcionada de la película. Es la que menos me ha gustado de él en mucho tiempo ...
Menos mal que Roma nunca decepciona!!!!

Anónimo dijo...

A mí también me gusta mucho Woody Allen pero ésta peli no la he visto y ademas con Roma como escenario, os aseguro que en cuanto pueda la veo.
Gracias Daniel H.
Paz M

Anónimo dijo...

A mi me ha gustado más la crítica que la película.
Si bien admito que es divertida y tiene algunos diálogos buenos, salí del cine un poco decepcionada.
Es el riesgo que se corre al ser Woody Allen y tener películas tan interesantes; los fans siempre queremos más.
Vuelvo a decir que me ha encantado tu crítica Daniel H.
Saludos MMP