Cada verano aparece, como confundido de buzón, ese libro que hemos tenido en mente durante el año y hemos aplazado a algún momento de tranquilidad.
Nada puede existir más evocador que leer poesía sobre la arena caliente de cualquier playa mientras el sol del atardecer trata de convertir esta lectura en algo casi místico, y ya no tengo claro si son las palabras quienes decoran el instante o es el decorado el que las hace parecer tan arrolladoras.
El libro aplazado de este verano ha sido éste; una antología organizada por el propio autor, y por ello más representativa de sus intenciones poéticas.
Propongo un juego estético de palabras que espero incite la curiosidad sobre este libro: una descripción resumida de la poesía de Ángel González a través de adjetivos descontextualizados…
Irónica , sarcástica y mordaz…
“(…)Que en cierto modo,
creer con fuerza tal lo que no vimos
nos invita a negar lo que miramos.”
Escéptica, incrédula y desesperanzada…
“Quise ver el mundo con tus ojos(…)
desde el claro mirador de tus pupilas(…)
Y fuiste tú la que acabaste viendo
el fracaso del mundo con las mías.”
Sutil…
“Escribir un poema: marcar la piel del agua(…)”
Desencantada…
“(…)este es mi cuerpo de ayer
sobreviviendo de hoy.”
Crítica…
“(…)que a los hombres educados en el desprecio
hasta el amor les sirve para expresar su odio”.
Fatalista…
“(…)en medio
de la cruel retirada de las cosas
precipitándose en desorden
hacia la nada y la ceniza(…)”
Esta autopsia literaria; en la que extrayendo órganos y colocándolos encima de un folio, trato de dar cuenta de algunas partes que conforman un todo, es simplemente un anzuelo emocional tratando de atrapar a pescadores de emociones.
Porque hablar de este poeta como perteneciente a la generación de los 50, coetáneo de Biedma y Goytisolo, ostentador de un compromiso poético social… esto, por sí mismo, no define su poesía.
La poesía de Ángel González merece dos viajes: el de ida hacia lo que nos muestra, y el de vuelta desde lo que nos ha mostrado. Su sencillez y claridad posibilitarán un viaje provechoso, incluso para aquellos, que como yo, terminan agotados después de leer poesía (dado el esfuerzo intelectual que supone).
No recomiendo la lectura de este libro sino su re-lectura una vez leído: concienzuda y escudriñadora, capaz de extraer la gota de esencia que la envuelve
Amelia SR
Nada puede existir más evocador que leer poesía sobre la arena caliente de cualquier playa mientras el sol del atardecer trata de convertir esta lectura en algo casi místico, y ya no tengo claro si son las palabras quienes decoran el instante o es el decorado el que las hace parecer tan arrolladoras.
El libro aplazado de este verano ha sido éste; una antología organizada por el propio autor, y por ello más representativa de sus intenciones poéticas.
Propongo un juego estético de palabras que espero incite la curiosidad sobre este libro: una descripción resumida de la poesía de Ángel González a través de adjetivos descontextualizados…
Irónica , sarcástica y mordaz…
“(…)Que en cierto modo,
creer con fuerza tal lo que no vimos
nos invita a negar lo que miramos.”
Escéptica, incrédula y desesperanzada…
“Quise ver el mundo con tus ojos(…)
desde el claro mirador de tus pupilas(…)
Y fuiste tú la que acabaste viendo
el fracaso del mundo con las mías.”
Sutil…
“Escribir un poema: marcar la piel del agua(…)”
Desencantada…
“(…)este es mi cuerpo de ayer
sobreviviendo de hoy.”
Crítica…
“(…)que a los hombres educados en el desprecio
hasta el amor les sirve para expresar su odio”.
Fatalista…
“(…)en medio
de la cruel retirada de las cosas
precipitándose en desorden
hacia la nada y la ceniza(…)”
Esta autopsia literaria; en la que extrayendo órganos y colocándolos encima de un folio, trato de dar cuenta de algunas partes que conforman un todo, es simplemente un anzuelo emocional tratando de atrapar a pescadores de emociones.
Porque hablar de este poeta como perteneciente a la generación de los 50, coetáneo de Biedma y Goytisolo, ostentador de un compromiso poético social… esto, por sí mismo, no define su poesía.
La poesía de Ángel González merece dos viajes: el de ida hacia lo que nos muestra, y el de vuelta desde lo que nos ha mostrado. Su sencillez y claridad posibilitarán un viaje provechoso, incluso para aquellos, que como yo, terminan agotados después de leer poesía (dado el esfuerzo intelectual que supone).
No recomiendo la lectura de este libro sino su re-lectura una vez leído: concienzuda y escudriñadora, capaz de extraer la gota de esencia que la envuelve
Amelia SR
4 comentarios:
Que bueno tu articulo!!!. Apetece coger el libro ahora mismo y disfrutarlo.
Muchas gracias,
Maria
Muy interesante tu articulo Amalia. A mi me encanta Angel Gonzalez y tengo una Antologia en casa. La volveré a leer como tu recomiendas para descubrir nuevos matices. Gracias.
¡Ay!!! para mí Ángel González sí que es una asignatura pendiente...!
Es un placer que Amolia siga descubriéndonos nuevos- viejos libros con tal intensidad: Gracias...
Publicar un comentario