Speaker´s corner: Utopía del baño

Para todos los que han tenido en algún momento de su vida relación con un estudiante de arquitectura, lo recordarán como un consumidor de imágenes de arquitectos de moda y no sólo a través de revistas, sino de los más insignificantes viajes que se convertían en la pesadilla de sus acompañantes cuando había que ir aún más allá para visitar la cubierta que inspiró al discípulo del discípulo de Le Courbusier.
Para todos aquellos que han seguido la relación cuando el estudiante se ha convertido en arquitecto, sabrán que en sus estanterías las revistas han dejado sitio a las Normativas y que el dinero destinado a la suscripción de El Croquis ha pasado a pagar el gimnasio o el curso de inglés de sus hijos.
Arquitectos de moda hubo, hay y habrá muchos. Se reconocen porque en las ciudades donde se erigen sus obras, los periódicos locales emplean profusamente frases del tipo: ”...se integra perfectamente con el paisaje urbano de preexistencias históricas heterogéneas...con una estructura desjerarquizada.. de materiales nobles y perfiles sinuosos...” pedantería sólo comparable a las prescindibles y cursis, descripciones de los aromas de los vinos.
Pocos han sabido guardar su sitio en las estanterías y menos aún los que con esfuerzo, modestia y timidez, han sabido arañar más espacio. Tuñón&Mansilla pertenecen a ese grupo. Huyeron del estudio y del ego de Rafael Moneo ya hace 20 años para salpicar su curriculum de obras y premios. El MUSAC de León, El Museo de Bellas Artes de Castellón o el proyecto para el futuro Museo de Cantabria son sólo algunos de los ejemplos de sus obras.  
Menos conocido, por lo conceptual y casi anecdótico, fue su proyecto Utopías del Baño, donde proponían convertir el baño en el centro de la casa. Su utopía planteaba un territorio libre donde sólo importan las energías y no los objetos: ”..el agua cae en la zona de la ducha, una corriente de aire cálido seca al usuario después del baño, que inmediatamente recibe rayos UVA...” genial. A la estantería. 
Mansilla ha muerto el pasado 22 de Febrero y valga una imagen de su opera prima como homenaje de Viernes. Se trata de la cubierta del Museo Provincial de Zamora, inspirada, por cierto, en las líneas de arado de los Campos de Castilla. Pedante, muy pedante.
Javier R

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja! Es verdad! Todo... Pero Javier R, por que no escribes mas veces???
Ana

ASM dijo...

El edificio de la antigua fabrica de cervezas El Aguila donde es la expo de este viernes tambien es de Tuñon y Mansilla.
Magnifico por cierto.

Anónimo dijo...

Pq no escribes del inefable Calatrava? Intuyo que era tu ídolo.

Ciao

Anónimo dijo...

... De Calatrava difícil. En viernes aun no hay sección de política. Gracias por los comentarios.
Javier

Ana dijo...

Es que escribí el primer comentario desde el smartphone que exigía comentario corto, pero no he podido dejar de recordar la excursión para visitar Ronchamp, la visita a la Biblioteca de Asplund en Estocolmo y l'unité d'habitation en Marsella... Por decir tres que me vienen a la cabeza entre decenas de visitas. Hasta yo misma me habría suscrito a El Croquis. Hermano, ese techo inspirado en las líneas de arado, se ve desde el mirador de San Cipriano. Zamora ha invadido Viernes.

JAVIER dijo...

Yo rindo homenaje al MUSAC que me encanta como edificio y como loa a las vidrieras de la Catedral, en las que se inspira.

Sobre el boom de la arquitectura, ya no se sabe si la pedantería partía de los arquitectos que se creían artistas (lo que no está a la altura de todos, por mucho que su arte sea una de las "bellas artes"), de sus palmeros locales o de los políticos-nuevos ricos de Miró-en-el-cuarto-de-baño...
Me ha gustado mucho el artículo y la ironía socarrona que destila, repite please!

Maria Luisa dijo...

muy pedante pero muy bonito todo

HCB dijo...

Es un post a la altura de su escribidor.
Me encanta el MUSAC, y por lo que leído, también otras cosas que no sabía que eran de Mansilla y Tuñón. Me encanta también que huyeran del estudio de Moneo. Me gusta, por último, la idea de que Javier R. escriba algo sobre Calatrava. Os puedo decir que le he oído juzgar su obra con criterios técnico-profesionales y no-políticos en un café-pizzería de Trípoli-North Lebanon hace ya algunos años. Desde entonces soy fóbico de la arquitectura orgánica.