Madrid (Teatro Pavón): 30 de septiembre - 19 de diciembre
Valladolid (Teatro Calderón) : 24 - 27 de febrero
Teatro Barakaldo (Barakaldo Antzokia) 11-13 de marzo
Albacete: 14-15 de abril
Santiago de Chile: 6-15 de mayo
Valladolid (Teatro Calderón) : 24 - 27 de febrero
Teatro Barakaldo (Barakaldo Antzokia) 11-13 de marzo
Albacete: 14-15 de abril
Santiago de Chile: 6-15 de mayo
Se trata de defender nuestro patrimonio cultural. Tenemos algunos de los mejores dramas de la historia, nuestros clásicos no tienen nada que envidiar a otros. Pero podríamos perderlo. Pensaba esto cuando el otro día veía el Pavón lleno de jubilados. Y sobre todo cuando se oía un murmullo en la sala, “al rey la hacienda y la vida se le ha de dar, pero el honor es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios”. No sé si nuestros adolescentes serían capaces de reproducir esto, con el desprecio que ha existido hacia la memorización en las últimas décadas. Supongo que no. Pero se pierden un placer de la vida. El nuevo montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, creo que no aporta nada. Ni falta que hace. Nos cuenta la historia del hombre humilde, un hombre de honor, fiel servidor del rey pero defensor de su honra por encima de todo. Como otras. Y como otras, magistral, porque El Alcalde de Zalamea es efectivamente una obra universalmente aclamada por su perfecta estructura, por sus personajes reales y bien construidos. Tuve serias dudas en invitar a un americano que no domina nuestro idioma y menos obviamente el del siglo de oro. Me arriesgué. Y cuando el californiano de ascendencia rusa, me confesó que se había emocionado hasta las lágrimas, un hombre culto al que admiro enormemente, sentí que algo estábamos haciendo mal en nuestro país, con nuestro teatro clásico.
Ana Ruiz
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