Este verano estuve 18 días en Japón; la mayor parte del tiempo fuimos un grupo de 10 amigos. El primer día llegué yo sola a Tokio y dormí en un hotel cápsula. 12 días más tarde repetí experiencia, esta vez compartida con el resto de amigos.
Y después de haber oído tantas críticas negativas o comentarios de emoción frikie al respecto, me apetece comentar los aspectos positivos de este tipo de hotel, más allá de su extravagante “encanto”.
En primer lugar, el espacio de las cápsulas difiere del imaginado, alejándose mucho del tamaño de un “nicho”. Estando sentada un 20-25cm sobran hasta el techo y de ancho cabrían 2 personas tumbadas. Cada cápsula dispone de tv, radio, despertador, luz general y luz de lectura, y repisa. Teniendo en cuenta el tiempo que haciendo turismo paso en el hotel, además de usar los baños y el rato en la cama antes de dormir, poco más hago pero aún así el resto de actividades que podrían hacerse en una habitación de hotel pueden hacerse en zonas comunes, muy cuidadas y cómodas (salones con sillones, sala de tocadores, baños, terraza, ordenadores con Internet...).
En cuanto a los baños, por ser típicamente de uso nacional, disponen de sen-to (baño japonés) que en cualquier otro hotel japonés también son de uso compartido, no suponiendo una desventaja frente a hoteles convencionales a menos que quieran usarse duchas occidentales, que no era mi caso.
Como decía, estos hoteles suelen ser usados por japoneses, normalmente gente de negocios que tras el trabajo pasan un tiempo en bares antes de dormir, por lo que además de ser económicos, suelen estar localizados en zonas céntricas, en los barrios más populares, de moda y de ocio, muy adecuado para los pocos turistas que allí nos alojamos. De este modo la experiencia resulta aún más genuina por compartir espacios con japoneses en su vida diaria y muy cómoda por la educación y consideración de éstos, ya que son muy respetuosos y silenciosos. En el caso de viajar sola resultan muy adecuados, especialmente por su seguridad.
Y por último, como dato absolutamente subjetivo, después de 12 días con otras 9 personas, es muy de agradecer tener un espacio individual propio para desconectar.
Y después de haber oído tantas críticas negativas o comentarios de emoción frikie al respecto, me apetece comentar los aspectos positivos de este tipo de hotel, más allá de su extravagante “encanto”.
En primer lugar, el espacio de las cápsulas difiere del imaginado, alejándose mucho del tamaño de un “nicho”. Estando sentada un 20-25cm sobran hasta el techo y de ancho cabrían 2 personas tumbadas. Cada cápsula dispone de tv, radio, despertador, luz general y luz de lectura, y repisa. Teniendo en cuenta el tiempo que haciendo turismo paso en el hotel, además de usar los baños y el rato en la cama antes de dormir, poco más hago pero aún así el resto de actividades que podrían hacerse en una habitación de hotel pueden hacerse en zonas comunes, muy cuidadas y cómodas (salones con sillones, sala de tocadores, baños, terraza, ordenadores con Internet...).
En cuanto a los baños, por ser típicamente de uso nacional, disponen de sen-to (baño japonés) que en cualquier otro hotel japonés también son de uso compartido, no suponiendo una desventaja frente a hoteles convencionales a menos que quieran usarse duchas occidentales, que no era mi caso.
Como decía, estos hoteles suelen ser usados por japoneses, normalmente gente de negocios que tras el trabajo pasan un tiempo en bares antes de dormir, por lo que además de ser económicos, suelen estar localizados en zonas céntricas, en los barrios más populares, de moda y de ocio, muy adecuado para los pocos turistas que allí nos alojamos. De este modo la experiencia resulta aún más genuina por compartir espacios con japoneses en su vida diaria y muy cómoda por la educación y consideración de éstos, ya que son muy respetuosos y silenciosos. En el caso de viajar sola resultan muy adecuados, especialmente por su seguridad.
Y por último, como dato absolutamente subjetivo, después de 12 días con otras 9 personas, es muy de agradecer tener un espacio individual propio para desconectar.
Laura
4 comentarios:
Es que los japoneses tienen poco sentido del humos porque si aquí pasó lo que pasó con los pisos de la misnistra, si se extiende eta práctica los de las tiras cómicas se van a depachar a su gusto.
La verdad es que es que si lo piensas no es mala idea ( siempre que esté limpito claro ) Pilar
Esta experiencia me la perdí. Aunque realmente no la hecho de menos.
Me encanta tu comparación con los pisos de la ministra... Ahí escondidita está la diferencia cultural... el japonés (y los turistas occidentales entre los que me incluyo) en Japón, nos dejamos envolver y acabamos apreciando la belleza que hay en las cosas mas insospechadamente horribles... Yo siempre lo encontré encantador... aunque cada vez mas me parece que la palabra adecuada es "resignacion".... Y creo que de vez en cuando (no siempre)merece la pena aterrizar y reconocer que los seres humenos nos merecemos un poco mas de dignidad.No sé.
Cuando vais a navegar, ¿consideráis una falta de dignidad dormir en un pequeño camarote? ¿Alguna vez habéis hecho camping? A quien le guste la montaña, ¿nunca ha dormido en una tienda de campaña o incluso ha vivaqeado?
Son distintas opciones, que según nuestros gustos o prioridades pueden ser interesantes, y en contra de lo que se piense, no siempre son "algo a lo que nos resignamos" por cuestiones económicas. Simplemente tenemos otras preferencias.
Otra cosa es la imposibilidad de tener un piso lo suficientemente espacioso para una familia sin que te cueste un riñón, y de manera permanente y obligada. O como le pasó a un compañero de un amigo que trabajó en Tokio: vivía con su hermano y cuñada, y cuando éstos tuvieron un hijo no había sitio para todos. Estuvo durmiendo 3 meses en la oficina donde trabajaba por no poder permitirse alojamiento.
La resignación y la falta de dignidad vienen de la falta de opción.
Laura
ML, estaba deseando conocer tu opinión al respecto y me ha parecido muy interesante tu reflexión que yo sinceramente no había hecho. Supongo que a veces (siempre?) somos turistas ávidos de vivir experiencias lo más cercanas a las de los habitantes de las tierras que vistamos aunque Raquel y yo jamás nos planteamos dormir en un hotel cápsula cd te vistamos en Japón. Y cd Laura me lo contó, pensé: vaya y a mi no se me ocurrió! Aunque la verdad hubiera sido por "coleccionar" la experiencia porque yo creo que me hubiera dado claustrofobia. Yo que pensaba que ya no era turista acaparadora de emociones y hacia slow travel, lo que me queda todavia para convertirme en uno de esos viajeros del XIX!! (entre otras cosas, tiempo y dinero) :-)
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