ULM: Entre el Dades y el Todra

Imagina una carretera. A un lado el Atlas, al otro, el desierto. Una carretera infinita y solitaria que de momento se pierde en el horizonte.
Habíamos dejado atrás las Gargantas del Dades, rojas y serpenteantes, salpicadas de pequeños pueblos bereberes llenos de color en su arquitectura y gente. Y allí, en mitad de un pueblo, el pozo y el río y en él las mujeres haciendo la colada. Imposible no parar. Pasamos con ellas un rato de cháchara y risas. Aunque lo mejor fue simplemente estar, poco me faltó para sacar mi ropa sucia y ponerme a la tarea con ellas.
Ahora nos dirigíamos a las Gargantas del Todra por esta carretera todo silencio, sol y color que une Boumalne du Dades y Tinerhir. De nuestro destino ya nos habían comentado que era muy atractivo, diferente a la anterior garganta, seca, árida y rojiza. En el río Todra todo eran palmerales, vegetación y el color era el verde.
Pero a pesar de ello, no tenía prisa por llegar. En nuestro coche, a unos vertiginosos 100 kilometros a la hora se había detenido el tiempo. Y el espacio se limitaba a la carretera. Ésta se había convertido en mi destino.
Mercedes

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Si yo tuviera que escoger un momento del viaje. A pesar de que hubo cantidad de ratos estupendos, de gente especial con la que nos cruzamos y de lugares fantasticos en los que estuvimos. Tb me quedaría con el viaje en coche por el desierto camino de Tinerhir.
Con esa reconfortante sensacion de calma y libertad...

Maria Luisa dijo...

No viajo a Marruecos desde hace 14 años, pero creo que es un país que habría que visitar una vez al año por lo menos. Está tan cerca.
Me encantaron las ciudades, el calor, los mercados, las terrazas, la comida, el te a la menta, las plazas con encantadores de serpientes, y sobre todo los marroquíes que me dieron tan buena conversación.
Pero cuando me acuerdo de Marruecos no puedo evitar que la primera imagen que me viene a la memoria sea esa que tú cuentas: una carretera interminable atravesando un desierto interminable. ¡Ay! el desierto. Y al final siempre algún oasis.Inolvidable.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho "tu lugar en el mundo", tanto, que me estoy planteando ir este año a Marruecos y disfrutar del sur.

Anónimo dijo...

Ah....!! se me olvidaba, FELICIDADES MERCEDES.
Raquel

Anónimo dijo...

FELICIDADES MERCEDES, que me lo ha recordado Raquel. Qué hermoso...el ULM!