Fin de siglo en Palestina


Miguel-Anxo Murado
Ed Lengua de trapo

“Registraron al hombre y no encontraron nada excepto su corazón. Entonces registraron su corazón y no encontraron nada excepto su patria”. Mahmud Darwish
Cuando Miguel llegó a Ben Gurion –el aeropuerto con la seguridad más rigurosa del mundo-, le fue a buscar un funcionario de Naciones Unidas. Al saludarle, le reconoció como uno de los mayores expertos de estadísticas agrarias de España. Miguel dijo: “bueno, no uno de los mayores”. Miguel es periodista y pensaba que había sido contratado para asesorar a la Autoridad Nacional Palestina en materia de comunicación. Pero, al fin y al cabo, la vida en Israel y en los Territorios Ocupados es un despropósito continuo.
Miguel me ha traído el olor de los mercados árabes, el olor de la fruta y el ruido de los árabes en la Puerta de Damasco o el gesto de los ortodoxos de Mea Sharim escupiendo a los infieles. Miguel conoce perfectamente Jerusalén, pero no todas las personas que conocen un país saben presentárnoslo, o devolvérnoslo. Éste es el mejor libro que he leído sobre la vida en ese pequeño espacio de tierra que condiciona la vida de medio mundo. La vida en Israel y los Territorios es totalmente diferente a la vida en cualquier otro sitio. La gente vuela por los aires y entonces los periodistas tienen trabajo. Miguel tuvo que preparar el viaje del Papa a Belén y el pobre Miguel se quedaba dormido en el trono papal que habían colocado en su oficina. Pero la escena más divertida del libro es la que les retrata al corresponsal del ABC y a él mismo desmitificando la seguridad del integrismo siendo recibidos en la modesta (¿o cutre?) sede de la Yihad islámica en Gaza y respondiendo: “Fanta por favor, ya hemos tomado té en Hamás”.
Ana Ruiz

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Fácil de leer, interesantes todas la historias, bien escrito...en fin, que no pasará a la historia de la literatura pero es un libro perfecto para llevarlo en la maleta y disfrutarlo durante las vacaciones...

Espo dijo...

Yo acabo de empezar a leerlo, pero ya me ha enganchado. Creo que voy a disfrutar leyendolo.

Anónimo dijo...

Interesante, Gracias Ana, ya tengo algo más para mis tardes de sombrilla