Speaker´s Corner: La maternidad de la ministra de defensa

Cuando Amparo me propuso que el tema de Speaker´s corner para esta edición de viernes podría ser la polémica que gira en torno a la nuestra Ministra de Defensa por su estado de buena esperanza, decidí pedir opinión sobre el tema a otros colaboradores y amigos de viernes.
La reflexiones han sido de lo más variopintas. Siempre desde el respeto y la admiración que merece una mujer en avanzado estado de gestación que sigue desempeñando su trabajo, así que, ahí van algunas de las que me han parecido más interesantes, esperando vuestros comentarios al respecto.
Empiezo con una gran frase que MMP nos regala de Amparo Moraleda, Presidenta de IBM: “No soy partidaria de la discriminación positiva, pero si una firme defensora de la igualdad de oportunidades“.
Merece citación el comentario de Pedro J. Ramírez, y no por que yo lo comparta ni mucho menos, cuando manifestó que en los próximos meses la Ministra se tendrá que centrar en ser madre y no el Ministerio que le ha sido confiado.
Partiendo de la base real de que una mujer embarazada tiene unas limitaciones físicas, por lo que está amparada por la legalidad vigente en materia laboral y social, con más pena que gloria en muchas ocasiones, es totalmente injusto que por ello tenga que ver limitada su carrera profesional, por lo que la situación de la Ministra puede ser un gran avance en la concienciación social en el camino hacia la conciliación entre la vida familiar y laboral, tanto de mujeres como de hombres, ya que las bajas de maternidad pueden ser disfrutadas por ambos.
En mi opinión, estamos a años luz de la igualdad al menos laboral entre hombres y mujeres, sin despreciar el esfuerzo que ha hecho y hace el gobierno socialista. Si las bajas de maternidad en las empresas están mal vistas y el que pueda demostrar lo contrario que tire la primera piedra, las de paternidad ni te cuento y esto lo digo con conocimiento de causa, porque os contaré que en una empresa, una mujer con cargo superior a otra fiscaliza la baja de maternidad de la de categoría inferior, alegando que ella estaba ahí al pié del cañón a los 30 días del nacimiento de su hija, cuando realmente en la mayoría de los casos están al pié del cañón pero sólo están para figurar, sin que como es lógico puedan rendir, aunque ellas proclamen a los cuatro vientos lo contrario, pero bueno, allá cada una con su conciencia. Comentando con otros amigos parece algo bastante generalizado entre las mujeres jerárquicamente superiores. Parece que los de arriba, sin quitarle el merito a Carmen, siempre lo tienen más fácil y este tipo de hazañas heroicas por parte de algunas, van en perjuicio de otras que quieren o no tienen otro remedio que agotar su baja de maternidad. Con este tipo de comentarios que vienen además de las propias mujeres, me da la impresión que todavía queda mucho camino por recorrer.
En conclusión, hubiera sido injusto y totalmente anacrónico, que por el hecho de estar embarazada Carmen Chacón, no hubiera podido optar al cargo, además el Ministerio de Defensa, como cualquier Ministerio engloba una serie de personas de apoyo y asesoramiento que se harán cargo, y la Ministra podrá sin duda compatibilizar sus funciones con su maternidad.
Melé

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo creo que en la mayoría de las ocasiones en que la mujer ve limitada su carrera profesional no es por el hecho de ser mujer, sino por el hecho de ser madre, y porque dependiendo del tipo de trabajo que desempeñe, desde el momento en que se convierte en madre tal vez tenga que renunciar a determinadas actividades asociadas a dicho trabajo como viajar frecuentemente, y es en este momento cuando la mujer se plantea cuál es su prioridad en la vida si su trabajo o su hijo, en la mayoría de los casos la respuesta es clara, aunque por ello tenga que renunciar a su carrera profesional. El tiempo dirá si la ministra Chacón es capaz de compatibilizar su papel de madre con su labor ministerial, aunque probablemete ella lo tenga fácil y si lo necesita le adjudiquen una niñera que se ocupe de su pequeño en los viajes oficiales ¡qué suerte tienen algunas!

Anónimo dijo...

Yo creo que este tema es mas complejo de lo que pueda parecer a primera vista, fundamentalmente porque estamos hablando de como afrontan una determinada situación "las mujeres", y eso es mucha gente. Estoy segura de que la maternidad en algunos casos supone una serie de limitaciones, tanto psíquicas, como físicas, como, sobretodo, prácticas. Sin embargo la maternidad también supone la realización de algunas mujeres, con lo cual genera satisfacción y por tanto desde mi punto de vista no tiene porque ser una desventaja profesional sino que puede ser todo lo contrario. Afrontar el trabajo desde una situación de satisfacción personal y de madurez no solo no supone el hacerlo peor, sino mas bien todo lo contrario.
Yo considero que las mujeres tenemos una capacidad de trabajo, embarazadas o no, madres o no, que difícilmente puede ser superada. Así es que aunque no conozco a esta señora y no la defiendo como persona pues no la conozco, le doy mi voto de confianza porque para mí por ser mujer ya se merece por lo menos el beneficio de la duda. En cuanto a que alguien sea critico con el estado en que tomo posesión del ministerio, me parece de risa, y perdonadme. Sabe alguien si alguno de los otros ministros/as tiene hemorroides, padece alguna enfermedad del aparato digestivo o sufre de migrañas, solo por poner un ejemplo, porque todo eso podría impedirles el gomal ejercicio de sus funciones, y sin embargo nadie nos informa de ello.
Y para terminar, ¿le preocupa a alguien como compatibiliza Zapatero o Aznar o quien sea sus labores como presidente con su papel de padre? Por favor...
SPT

Anónimo dijo...

Yo las he visto con mis ojos.
Abogadas escribiendo informes a las 12 horas de parir, pidiendo un receso a Juez para dar el pecho a sus hijos en los juzgados, con la canastilla en la trastienda mientras venden en el mostrador, en el hospital atendiendo una urgencia a las 5 de la mañana y en el quirófano operando con una tripa de 9 meses, sentadas en las cajas de Carrefour, cruzando el Estrecho de Gibraltar en patera… ¿Capacidad? La que les pidas. Poned a prueba a una madre…
Aunque, honestamente ¿No creéis que hay un tiempo para cada cosa? ¿No creéis que hay tiempo para todo?
Palabras interesantes, sí: injusto, anacrónico, igualitario, discriminación, carrera profesional, compatibilizar, personal de apoyo, “mujeres jerárquicamente superiores”, uf!
Y mientras hablamos de esto ¿Quién estará abrazando al bebé?
Espero que el bebé de la ministra encuentre una ecuatoriana amorosa que le abrace como necesita…. Mientras su mamá juega con los tanques …
Si, creo que eso es lo mejor de todo: si tienes la mala suerte de que a tu mamá le gustan los tanques, es mucho mejor que no esté contigo en casa…
Brindo por todas las ecuatorianas que abrazan a nuestros hijos… y por los hijos que no saben escribir en los periódicos ni el los blogs para pedir que les abracen…

Anónimo dijo...

Pues que los abrace su padre...pero literalmente.
Los hombres son perfectamente capaces de abrazar, dar mimos, jugar con los niños, consolarles, contarles cuentos...
Yo brindo por quien haga falta, pero quien deja a los niños con la ecuatoriana o con quien sea no son las madres, son los padres, madre y padre, con los mismos derechos y deberes, no?
SPT

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el anteúltimo comentario, mientras hablamos de esto, quién se ocupa de los bebés ?
Para algunas, es lo que menos importa.

Insisto en que las de arriba siempre lo tienen más facil porque la ministra tendrá un elenco de cuidadoras y educadoras haciendo cola a la puerta de su casa para ocuparte del mini-ministro de defensa que va a tener. No tendrá que salir a la calle a buscar una ecuatoriana.
Si quiere jugar con los tanques como dice el último comentario, pues que lo haga pero por lo menos tiene la opción, la elección entre su carrera y su maternidad...hay muchas que no tienen esa capacidad. No entro en que se deba elegir una cosa u otra, pero si en que todas tienen que tener la capacidad de elección.

Sinceramente pienso que muchas mujeres con poder son mucho peores que los hombres para las propias mujeres, y como conocedoras de las de los puntos flacos, son verdaderos topos empresariales que saben donde presiona.
Cuando una de arriba es madre, siguiendo la ley de la naturaleza se sentirá amenazada por cualquier compañera que no lo sea, y pueda dedicar más tiempo a su trabajo, también por cualquier otra que lo sea porque puede tener los mismos privilegios que ella.
Jugar con estas cosas es lo más bajo que puede hacer una persona, y pienso que el sector más conservador y machista de los hombres no tiene que preocuparse, ya nos mataremos profesionalmente las unas a las otras

Anónimo dijo...

Creo que el nombramiento de una mujer embarazada como ministra ha sido una desición acertada y valiente, no por la capacidad de trabajo de la persona elegida (que aquí no es motivo de cuestión), no por el tipo de trabajo que tiene que desempeñar (la pervivencia de una estructura tan potencialmente influyente, tan altamente jerarquizada y tan sustancialmente conservadora como el ejército daría para otro Speaker's corner); es una desición valiente y acertada porque ha puesto sobre la mesa, otra vez, el tema de la compatibilidad entre vida familiar y laboral, con todas las repercusiones mediáticas que esto implica a este nivel. Y lo importante no es quien cuidará al pequeño Miquel cuando la madre este con las tropas, ni quien cuidará de las tropas cuando la ministra esté con Miquel (creo que las dos cosas están resueltas). Lo importante es que ya se ha abierto el debate del coste económico de los permisos de paternidad y de la obligatoriedad de asumirlos por parte de los empresarios para que de esa manera tener un hijo implique por igual a ambos y deje de verse como un "riesgo" contratar una mujer. Y aunque cueste mucho tiempo llegar a esta ideal situación de equilibrio, es evidente que este cambio ya ha empezado y así como yo me sorprendí al enterarme que mi abuela no podía ni votar ni ir a la universidad, posiblemente nuestros hijos se extrañen cuando sepan que en 2008 el nombramiento de una embarazada como ministra de defensa generó una polémica nacional (quizás porque no sepan para que sirve un ministerio de defensa).

Anónimo dijo...

El último comentario me parece el mas interesante, das en el clavo W.
Si señor, el pequeño Miguel ha servido para que avancemos en la igualdad.
Creo que es exáctamente eso, exáctamente eso, a la ministra la han puesto ahí para que hablemos de esto, y ella ha decidido sacrificar a su hijo por la igualdad de género.
No tiene otra explicación posible.
Y lo han conseguido.
Porque lo que seguro que no es verdad es que es la única "persona" en España que podía ocupar ese puesto, la de mejor formación, cualidades y curriculum...
En cambio es el ministerio que mas "desfila".
Pues yo creo que no es lo mismo estar embarazada que no estarlo, tener un hijo que no tenerlo, que al niño lo bese y le dé la teta su madre durante 4 meses, o le den leche de vaca y le "vigile" un extraño. NO es lo mismo.
Lo que de verdad da igual es a quién pongan a vigilar los desfiles.
Lo que hubiera sido realmente revolucionario es que la ministra hubiera aprovechado para pedir un año de baja maternal con sueldo íntegro, eso hubiera sido realmente provocador...
La gran revolución vendrá cuando las mujeres puedan disfrutar de ser madres...porque de trabajar...se disfruta menos...
Pero ella ha elegido que igualdad es ser como "los hombres".
No os dejéis engañar

Anónimo dijo...

Bueno Melé, es que yo creo que como ya he dicho antes cada mujer y cada caso es diferente. Hay mujeres que sienten que tienen que dejar de trabajar para ocuparse de sus niños porque piensan que son lo mas importante de su vida y que no van a ser capaces, o no quieren, compaginarlo con su trabajo, y eso es igual de respetable que la mujer que decide que quiere seguir trabajando e intentar compaginarlo con el cuidado de sus hijos (y en medio toda una serie de soluciones intermedias, entre ellas la reduccion de jornada). Estoy de acuerdo en que las propias mujeres suelen ser las que plantean mas criticas tanto a una cosa como a la otra y eso no debería ser así (de todas formas los hombres en muchos casos simplemente no se atreven a decirlo). Se trata de respetar la decisión de cada madre y desde luego, darle opciones para que si decide una u otra cosa pueda hacerlo.
En cuanto a jefes, digamos "difíciles", los hay de todas formas y colores y tienen poco que ver con ser madres o no.
W, totalmente de acuerdo
SPT

Anónimo dijo...

Lo más importante es que existan leyes de IGUALDAD que la tarea de los hijos sea al 50% como los genes.Que no sea benevolencia que las mujeres podamos parir y trabajar.¡Que es nuestro derecho!

Anónimo dijo...

Quisiera compartir, para los que no hayan tenido ocasión de leerlo hoy en El País, este artículo de Rosa Montero que al mismo tiempo se alinea y diverge de las opiniones que antes hemos vertido aquí.

ELLAS
Verán, a mí me parece que decir miembra es una estupidez y que nombrar a una mujer muy embarazada ministra de Defensa no es una medida feminista. Lo primero, porque la lengua es una sustancia viva que no se puede cambiar a voluntad sin haber cambiado antes el mundo real; la lengua es como la piel de la sociedad y sigue con estrechísima adherencia todas las mudanzas del cuerpo que cubre, así engorde o adelgace: por ejemplo, se está perdiendo la palabra solterona de manera natural, porque se está quedando vacía socialmente. En cuanto a lo segundo, ver a una mujer con un barrigón avanzadísimo teniendo que ir a Afganistán es el colmo de la superwoman, es decir, de esa exigencia machista que obliga a las mujeres a ser diosas y cortesanas y amas de casa y empleadas del mes y madres perfectas, o sea, que las obliga a ser absolutamente todo para poder aspirar a un lugar social mediano que cualquier señor ocupa con la gorra; como me comentaba un día Elvira Lindo, que es madre y sabe de eso, sería más útil reconocer el derecho que las mujeres tienen a una panza y un parto tranquilos, sin que ello les rompa la vida y la carrera.

Pero por otra parte me parece que las críticas que reciben las mujeres ministras no tienen el mismo nivel que las que reciben sus colegas varones. No sólo por la importancia desmesurada que se le da a su aspecto, todo ese parloteo sobre si son guapas o feas que no suele escucharse sobre los hombres, sino por el tono paternalista y socarrón de burla fácil. Sí, claro que hay ministras metepatas, pero también hay hombres. De hecho, las necedades que sueltan los políticos varones son infinitas y normalmente no se les presta semejante atención. La verdadera igualdad, siempre lo dije, llegará cuando las mujeres podamos ser tan tontas como los hombres sin que resultemos más llamativas.

Anónimo dijo...

Gracias W.
Excelente el articulo de Rosa Montero que suscribo en su totalidad.