C/ Ruiz de Alarcón, 27 .
Tfno 91 369 36 89
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La culpa fue del vino blanco y por que no decirlo, de la
amabilidad del camarero. Ese fue el final pero empecemos por el principio.
Viernes noche en Madrid y cinco amigos quedan para cenar. Encima es carnaval. Para
alejarnos del bullicio nos fuimos hasta el coqueto Murillo Café en la parte
trasera del Museo del Prado. Ya nos habían hablado bien de su cocina y las
fotos de su web hicieron el resto.
Mientras llega el resto de los comensales el camarero nos
ofrece un "exclusivo" albariño para degustar en su antigua barra
adornada de velas que nosotras no pudimos rechazar. El ambiente a bistrot
francés invita a tener una copa de vino en la mano mientras de fondo suena un
poco de música. La zona de bar del Murillo Café está decorada con mimo y el
resultado es excelente. La temperatura es tambien muy agradable algo que se
agradece en la fria noche madrileña de febrero. Para cenar pasamos al fondo del
local donde se abre un comedor ni grande, ni pequeño con la misma luz tenue que
el bar lo que dificulta un poco la lectura de la carta. Samosas, tartar y
carpaccio de pez mantequilla, ensalada optimista y risotto de boletus fue lo
elegido. Para beber cerveza y ribera de duero porque el vino blanco a una de
nuestras comensales no le sienta bien le comenta la interesada al sorprendido
camarero con la confidencia. El pez mantequilla y las samosas triunfaron. El
risotto no consiguió la unanimidad pero era correcto. De postre Fondant de
chocolate y merengón (fresas con nata).
La buena calidad de la comida, la buena compañia en la mesa, el sitio en el que os sentireis muy a gusto, los atentos camareros (muy amables pero nada pesados) y el vino animaron la conversación y la encaminaron hacia unas copas. Buena selección de ginebras y rones. Y pasó lo inevitable que entre charlas y risas, el vino blanco acabó por sentar "un poco mal" a una de nuestras vierners o fue el ribera y el gin tonic??? No importa, fue una noche super agradable en un lugar al que todos volveremos. En primavera, cenar en la terraza o tomar un brunch un domingo despues de visitar cualquiera de los museos cercanos se me antoja un plan irresistible.
La buena calidad de la comida, la buena compañia en la mesa, el sitio en el que os sentireis muy a gusto, los atentos camareros (muy amables pero nada pesados) y el vino animaron la conversación y la encaminaron hacia unas copas. Buena selección de ginebras y rones. Y pasó lo inevitable que entre charlas y risas, el vino blanco acabó por sentar "un poco mal" a una de nuestras vierners o fue el ribera y el gin tonic??? No importa, fue una noche super agradable en un lugar al que todos volveremos. En primavera, cenar en la terraza o tomar un brunch un domingo despues de visitar cualquiera de los museos cercanos se me antoja un plan irresistible.
ASM
12 comentarios:
No lo conozco, Amparo. Pero después de esta estupenda (y apetitosa) recomendación no pasará mucho tiempo. Gracias.
Qué buena pinta tiene todo, el sitio,comida...., el primer día que vaya por la zona lo pruebo.
Una recomendación muy apetecible y una sección muy interesante esta !!!
Síiii, un brunch!!! Esta Semana Santa no me olvido de visitarlo.
Que buena pinta!
Me encanta este sitio, se come fenomenal y por la noche es chulïsimo. He ido 2 veces y seguro que repetiré.
Ra
Me ha encantado, la decoración, el ambiente y la comida...y encima está alli Ra...ja, ja, ja...
Gracias por la recomendación,
Soniapt
Hola Amparo,
Muchas gracias!!!!! Nos ha encantado,
Saludos!
JOhanna Muller
SOMOS PRENSA!
Un sitio muy agradable. Estupenda recomendación.
Es precioso y se come bastante bien.
Llegué aquí por casualidad, buscando info sobre la historia del Café Murillo.. qué bien escribes!
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