La vida es sueño

Calderón de la Barca.
Dirección: Helena Pimenta
Versión: Juan Mayorga.
Del 18 de septiembre al 16 de diciembre.
Teatro Pavón. Madrid
Fui Estrella cuando tenía ocho años. Eso me ha permitido reconocer en mi memoria toda la “vida es sueño”. Sabía que era capaz de reproducir fragmentos de los pasajes más conocidos pero no pensé que pudiera recordar tantas cosas. Supongo que soy una antigua, pero creo que la educación ha hecho un flaco favor por la cultura denostando la memorización.
Basilio, rey de Polonia, manda encerrar a su hijo Segismundo para que no se cumplan los designios que pronosticaban los astros. Segismundo crece encerrado como una bestia, pero su padre decide darle la oportunidad de contradecir a los hados. Para asegurar su plan, Basilio, cuenta con la estratagema de hacerle creer que lo que va a vivir es un sueño.
 “La vida es sueño” es una obra magnífica. Es la caverna platónica española, reinterpretada magistralmente por Calderón. Y es además la representación de la lucha del libre albedrío frente al destino, (o del catolicismo frente a la reforma protestante). Es sin ninguna duda, el más hermoso canto a la libertad. Y me gusta pensar en lo que dice Blanca Portillo: “¿Qué soy yo más allá de lo que me dicen que soy? A Segismundo le dicen primero que es un monstruo, luego que un príncipe. Sólo cuando él se da cuenta de lo que realmente es empieza a funcionar”.
Más allá de la concepción filosófica de la obra, este montaje de Helena Pimenta, me reconcilia con las estructuras públicas. Benditas sean las ayudas que permiten a esta compañía de teatro clásico nacional, mantener las obras de nuestro barroco. Y que de vez en cuando, nos desvelan a un gran actor en un personaje fuera de sus papeles habituales. Aunque Blanca Portillo ya haya sido Medea y Hamlet en los últimos años, me temo que va a ser para siempre Segismundo. Es difícil imaginar una mejor representación del hombre-bestia. Ni imaginar un Segismundo más tierno. Ni un príncipe más cruel, ni un príncipe más benévolo. Insistir en que el papel masculino lo hace una mujer es lo menos importante de esta interpretación que atraviesa todos esos matices con convicción (aunque creo que me quedo con el hombre-bestia atemorizado). Para los que estamos familiarizados con los actores del Pavón no es una sorpresa que Joaquín Notario haga el magnífico Rey Basilio mago, padre, autoritario a veces, desvalido otras, que hace.
Vierners, el teatro Pavón os espera! A lo mejor me encontráis allí, porque pocas veces tenemos la oportunidad de disfrutar de nuestras mejores obras en montajes extraordinarios.
Ana Ruiz

5 comentarios:

Raquel dijo...

Ana,siempre que leo tus críticas de teatro digo lo mismo:" tengo que ir al teatro" .
Me ha encantado.

ana dijo...

Pues vuelvo a verla contigo, ¿quieres?

Raquel dijo...

Si, perfecto.

ASM dijo...

Me apunto.

Ana dijo...

Por si alguien quiere saber por dónde anda...
http://teatroclasico.mcu.es/es/temporada/