El jinete polaco

Antonio Muñoz Molina
Premio Planeta 1991
Mi libro, exhibe orgulloso la banda que informa de que la primera edición del Premio Planeta 1991 se atrevía con 210000 ejemplares. Las 2.500 pesetas que costó y la dedicatoria del libro me echan en cara esos veinte años con el mismo atrevimiento que mira desafiante el jinete. He vuelto a Muñoz Molina. Quizás nunca le abandoné del todo pero le había dejado aparte por conocido y por bueno. Pero tras visitar al jinete en su casa, unas cuantas veces el pasado otoño, recordé que fue Muñoz Molina el primero al que le oí hablar de ese supuesto cuadro de Rembrandt. No recordaba que a él se lo había mostrado Guelbenzu. Lo he recordado este año al leer Ventanas de Maniatan después de releer “El Jinete Polaco”. He leído una novela veinte años después y quizás eso sea la primera vez que me pasa. O al menos la primera de la que soy consciente. Cuando me lo regalaron estaba más próxima a la Nadia de Mágina. Y ahora, obviamente estoy más cerca de la Nadia que vuelve a España. Pero el libro me ha llevado por mi vida. Me ha hecho recordar lo que leí y lo que he vivido. El recuerdo de los deberes en casa (sin tanta necesidad como el hijo del frutero), el descubrimiento de la pintura, el amor por los idiomas y por las palabras, por los recuerdos, por nuestros pueblos, por los amigos que siguen allí y por los que no hemos vuelto a encontrar, por la música de Schubert o la de Janis Joplin y la amnesia tras una borrachera. El Jinete Polaco me ha acompañado de cerca en estos veinte años. Me compré un libro de Rembrandt para intentar captar la magia del cuadro, pero no me atrapó hasta el día que le visité en su casa. Bueno, en casa de Mr Frick que para siempre estará unido a Muñoz Molina y al que le estaré –no sólo por eso- eternamente agradecida.
Ana Ruiz

8 comentarios:

ASM dijo...

Pues a mi me gusta mucho AMM en sus articulos pero despues de Invierno en Lisboa no he leido nada de él. Seguro que es un sacrilegio pero no me gustó nada. Claro que lo mismo han pasado 20 años desde entonces. Le daré otra oportunidad porque yo, es obvio que no soy la misma. Alguien sabe dónde se compra el tiempo que uno necesita para hacer todas las cosas que quiere??

Anónimo dijo...

No se como lo haces Ana, pero cada vez que leo una critica tuya me aptece empezar a leer el libro en cuanto acabo de leer viernes.

Brilliant!!!

Maria Luisa dijo...

¿Cómo? ¿Pero ya han pasado 20 años?

ana dijo...

Pues porque he tenido la suerte de hablar de un libro muy especial, de un escritor que admiro muchisimo y de un cuadro que está en mi lugar en el mundo... asi es facil.
De todos modos, recordad que estos dias la cita está en la Feria. Eso sí que es magico. Yo, ya estuve el martes e hice acopio para todo el año. No dejeis de visitar Rey Lear y darle bolilla al editor. Se llama Jesús. Os contará todo acerca de sus libros. Los adora. Ponedle un palito con Eca de Queiroz y vais a ver lo que es bueno... Y Agadir que este año presume de "Cristo se detuvo en Eboli" (ya me compre el Desierto de los Tartaros -que me recomendaron aqui el año pasado-). Bueno, reservaros una tarde o una mañana para la Feria porque merece la pena!! Pero me muero por empezar el nuevo libro de Aramburu. Bueno, nos vemos en Viernes para revisarlo. El que antes lo lea, que lo ponga!

ana dijo...

Jaja María Luisa... estoy cerca de ti. Por eso coincidimos en el horario... Pues eso me paso a mi, que se me abalanzaron uno detras de otro

Maria Luisa dijo...

¿dónde estás?

Marta dijo...

Sí MLuisa, ya han pasado 20 años!!!, yo me lo tuve qué leer cuando hacía Magisterio y escogí, con muy buen acierto una optativa de Literatura Contemporánea (nada qué ver con mi Magisterio de Infantil, pero cómo me encanta leer...) allí descubrí muy buenos autores...però es eso, que pasa el tiempo y a algunos no los he seguido y tendría que volverlos a releer cómo es a Muñoz Molina...y el caso es que estoy viendo el libro en la estantería...quizá lo coja para estas vacaciones...
Gracias por recordárnoslo!

Anónimo dijo...

Pero que requetebién escribes, Anita... Yo también tengo ganas de volver a leerlo