Harar, puerta de Oriente

Situada al este de Etiopía, en la frontera de Djibouti, a unos 70 km del Mar Rojo, Harar es una de las ciudades santas del Islam, la puerta de África al mundo árabe, punto de encuentro de culturas, colores, olores y sabores de los dos continentes, Asia y África.
Incluso en un país tan variado como Etiopía, resulta raro llegar una ciudad como Harar. Si cerramos los ojos y les volvemos a abrir ahí, podríamos pensar que ya cambiamos de continente, que estamos en Oriente. Sin embargo, sigue siendo África. Sus calles estrechas y serpenteantes, los colores de sus casas, blancas, azules, verdes, moradas, te hacen pensar en una pequeña aldea donde se narró algún cuento de las Mil y una noches.
La ciudad de Harar está envuelta por el olor del café hararí -de los mejores de Etiopía y por consiguiente, del mundo-, de las especias y por una muralla construida en 1520 por el emir Abu Bakr. Dicen que estos muros no fueron penetrados por cristinos hasta 1854, cuando el explorador inglés Richard Burton entró en la ciudad y la abrió al comercio (ármenos, indios, franceses, ingleses, etc.)
Harar ha hospedado a personajes muy diversos, desde el ya mencionado Richard Burton hasta Ras Tafari –el Emperador Haile Selassie, originario de Harar-, y el ilustre poeta francés Arthur Rimbaud. Tanto la casa de Ras Tafari como la que fue habitada por Rimbaud se pueden visitar ahora, convertidas en museos que alojan recuerdos de estos personajes y de los que ahora habitan Harar, como los cuadros del pintor español Carlos Mariné, que reside desde hace años en esta ciudad de ensueño. En la casa de Rimbaud se mezclan estilos y vivencias, ya que en su origen era el palacio de unos comerciantes hindúes. Resulta difícil imaginarlo de otra forma. El Palacio de los Reyes, de color verde /azul turquesa, parece sacado de un cuento y, como parte de esta cultura de colores, muy distinta a la del resto de Etiopía y que te muestra otra forma de ver la vida, en un paseo por Harar, no podemos pasar por alto las tumbas islámicas, una especie de igloos que comparten el color verde/azul turquesa del antiguo palacio real.
En el mercado, se puede encontrar el mejor incienso de Etiopía, especias, camellos, todo tipo de carnes, etc. Eso sí, depende de lo que busque, tendrá que ir a un mercado u otro. Se encuentran en diferentes zonas y con diferentes productos el mercado ortodoxo y el árabe.
Por la noche, es ineludible la cita con las hienas. ¡No se vayan a asustar! Son hienas… digamos… domesticadas, muy bien alimentadas y, según dicen, más pequeñas que las salvajes. A las afueras de Harar, fuera de los muros de la ciudad, pueden darlas de comer con el famoso “hombre-hiena” y sentir un poco de adrenalina con “ese riesgo”.
Para dormir, hay varias casas típicas hararís preparadas para acoger a los turistas. Están más limpias y merecen mucho más la pena que los pocos y destartalados hoteles que hay en la ciudad. Las casas tienen un estilo especial, árabe-hararí, con grandes salones llenos de alfombras donde recostarse a tomar el té y hablar durante horas, pequeñas habitaciones con celosías de madera y… como parte de la tradición hararí, las paredes llenas del ajuar de las mujeres de la casa. Forma parte de la tradición colgar el ajuar en el salón de casa para que todo el mundo pueda verlo. Resulta un poco “todo lo que ves es todo lo que tengo”, pero tiene un sabor especial… oriental.
Algunos de los manjares a degustar en Harar son los “tibs shekla” (especialmente los de cabra), carne frita con tomate, cebolla y pimiento verde picante con Enjera; y un desayuno de Haser ka’ah (una especie de té hecho con la cáscara de los granos del café) con Fatira, una especie de tortita con miel. Además, existen unos pestiños con huevo y sabor a churros que, aunque descritos así parezca un poco raro, tienen un sabor delicioso. Digamos que es una especie de hojaldre relleno de tortilla francesa, más delicioso en el paladar que en esta descripción.
Pilar Ponce

6 comentarios:

ASM dijo...

Yo, la verdad, no habia oído hablar de Harar pero despues de tu relato perfectamente ilustrado en las fotos ya me apetece llegar hasta alli.
Lástima que nuestro anunciado viaje a Etiopia se retrasase y tu ya no estés allí. Nos hemos perdido una guía magnífica !!

Ana dijo...

Y yo... que nunca llegué ir a Harar. Me fascina tanto la figura del Capitán Richard Burton que seguir sus pasos justificaría el viaje...

Al dijo...

Qué buena la música del video!!
Ví a Fela Kuti en directo y es todo un espectáculo.

JAVIER dijo...

Fascinantes fotos, espectacular música y estupendo artículo.
Apetece ir...

A propósito de Burton, el arrogante y genial antropólogo, arabista, traductor y explorador británico, recomiendo su "Viaje a La Meca y Medina" ( fué el primer occidental en pisar los santos lugares del Islam ) y su biografía (que está en mi lista para este año y leeré con mayor interés cuando llegue a Harar) así como " Las montañas de la luna", película mucho más fácil de encontrar aunque le retrate como bastante menos simpático, lo que por otro lado es casi seguro que fuera verdad.

ana dijo...

Javier (y todo el que esté interesado),
te recomiendo vivamente El Capitán Richard F Burton de Edward Rice en Siruela. De hecho ha sido uno de los regalos que he hecho estos últimos reyes... ¡es un libro magnífico y que yo quiero releer este año!. Creo que este año han publicado otra, pero por esta, ¡respondo!!

JAVIER dijo...

Gracias Ana, es justo ese el que está en mi estante esperando turno así que... miel sobre hojuelas!!!