Cuaderno de Bitacora: Hawai, The big Island

No hará más de un año que decidí recorrer los más de 12.000 kilómetros de distancia y plantarme en aquella isla volcánica. Sinónimo de paraíso con la que muchos españoles soñamos junto con Bombay, gracias a Mecano y su pegadiza canción.
Famosa en el mundo entero por Pearl Harbour, ser la cuna del surf, escenario de grandes películas y recientemente por ser el lugar de nacimiento de Obama, las expectativas eran máximas y redujeron el cansancio del dichoso vuelo.
Nada mas aterrizar, miles de novios en su luna de miel se agolpan por salir del avión, tras la espera, todo son sonrisas, flores y música hawaina. Esto es Estados Unidos, saben muy bien como tratar al turista y han pensado en todo… ¿Como es posible que un aeropuerto de estilo colonial tan pequeño y con tanto tráfico pueda funcionar tan bien?
De camino al hotel paisaje lunar... Donde están las palmeras? Preguntan detrás mío. Al cabo de unas pocas millas, aparecen los resorts, millones de palmeras, fuentes, jardines, lujo por doquier… tiendas, piscinas, campos de golf… todo artificial, hasta la playa del hotel! El resort se levanta sobre la lava volcánica de millones de años atrás para convertirlo en el paraíso del relax y ser el mayor sustento económico de las islas. Los hawaianos viven agobiados por los impuestos, todo es mas caro que en el continente, y eso se nota, nos comenta el recepcionista. Zumos, playa y mucha comida, sol esplendido, es todo tan perfecto que parece mas artificial de lo que es… Quiero vivir aquí siempre.
Tras aclimatarnos, decidimos salir de la burbuja, y ver Hawai. Alquilamos un coche y a la carretera. El clima cambia radicalmente en cuestión de minutos, aparecen nubes, lluvia y la jungla… según bordeamos la costa, surfistas cabalgan las olas, mas a lo lejos se ven las ballenas saltar del agua, cataratas… y el paisaje lunar, se convierte en un paisaje plagado de colores verdes.
Parte de la carretera fue devorada, años atrás, por la lava y el volcán guarda silencio mientras en la costa, litros de lava gritan al luchar con el mar, nubes de vapor invaden la costa. Carteles luminosos nos guían, la policía nos indica el camino y nos advierte del equipo necesario. Vamos de camino al volcán, y nos da la sensación de peligro.
Tras volver al refugio, encontramos el mismo clima de siempre, aquí nunca hay nubes, vamos a ver los delfines; pero antes nos sugieren ver el fondo marino, plagado de coral, tortugas y millones de colores bajo el transparente océano. A la vuelta, paramos de camino en una de las innumerables playas, parece una película, la arena, las palmeras, el césped… es tan perfecto y tan tranquilo que hasta incomoda... comemos junto a un grupo de surfistas, quienes nos enseñan mas playas “vírgenes” y sitios por descubrir…
… y al subir de nuevo el avión, me pregunto: ¿cuando volveré a Hawai?
Zero

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si me toca el euromillon, p'alla que me voy, grazias zero