En opinión de muchos, la culpa fue de Frank Gehry, su Museo
Guggenheim de Bilbao y la transformación que sufrió la ciudad tras su
construcción. A partir de ese momento, no hubo Alcalde, Presidente de Autonomía
(e incluso de diputación) que no quisiera adquirir la obra de algún arquitecto
de revista con el que pasar a la posteridad. De entre todos, uno brilla (o no)
con luz propia. Calatrava.
Calatrava el funcional. Sin salir de Bilbao, podemos ir a
patinar a la pasarela Zubizuri, donde nos espera una sucesión de baldosas
traslúcidas que en los días de lluvia (no pocos) hacen que la gente de
desparrame por el suelo. Lástima que la alcaldía haya colocado una alfombra a
juego. Sin ir mucho más lejos, en el Aeropuerto de Sondika, el mismo Calatrava
tuvo la idea de colocar la sala de espera a la intemperie, aunque rectificado
posteriormente. No nos olvidemos de su puente en Valencia, de escasísima
visibilidad y que tras varios accidentes mortales, obligó a colocar un semáforo
en su mitad.
Calatrava el económico. Las obras de Calatrava suelen
triplicar el presupuesto inicial. Esto se puede deber a dos factores. El
despiste o la ineptitud, pero en ambos, si el presupuesto se triplica, los
honorarios se triplican. Para entendernos, despiste es que la desviación
presupuestaria de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia sea de
580 millones de Euros. Ineptitud es haber creído que los cables del Puente del
Alamillo de Sevilla funcionaran, y arreglarlo triplicando la cantidad de
hormigón utilizado.
Calatrava el estético. Aunque sea fuera de nuestras
fronteras, no deberíamos pasar por alto el Puente de Jerusalén. Tras su
conclusión, un artista israelí se subió a una grúa y amenazó con suicidarse
literalmente por su fealdad.
Calatrava el original. Ahí se la clavó a Gallardón, quien también
quiso adquirir su Calatrava. El obelisco colocado en la Plaza de Castilla es
una copia exacta del construido en Haifa, Israel. Pero no será la primera ni la
última vez. El puente de Dallas tiene su réplica exacta en Reggio Emilia,
Italia.
Calatrava. Ejemplo a seguir.
Javier Ruiz
2 comentarios:
Angelito...!
O cómo se puede ser un genio y un jeta al mismo tiempo...
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