Cuaderno de Bitacora: De Boda en Casablanca

¿A  que suena fenomenal? Este verano he tenido la suerte de asistir a una autentica boda Marroquí en Casablanca, con todos los preparativos Hamann y Henna  incluidos, tan estimulante y sorprendente como la boda misma.
Nabila, la novia, mi anfitriona en Casablanca, se casó hace dos años y ha estado ahorrando durante todo este tiempo para la Ceremonia de la boda, sin duda el acto social más importante de su vida.
El día anterior a la Boda, la novia se prepara en el Hamann junto a sus amigas. Nosotras (mi hermana, mi hija y yo)  nos adelantamos con dos cuñadas de Nabila. El Hamann es un lugar de encuentro, tanto para hombres como para mujeres, allí van las madres con sus hijos, como yo iba al parque con los míos cuando eran pequeños y mientras se restriegan unas a otras y a sus hijos, hablan de lo mismo que podríamos hablar nosotras.
Después de un primer momento de pudor más acusado en mi hermana, todas nos quedamos en bragas y estas remangadas, mi hermana entró con traje de baño, aunque luego salio sin él. Una vez dentro, con una manopla que parecía un estropajo verde aunque era negra, nos sacaron la piel a tiras, esto literal, menos mal que era la muerta, salía como hilillos y negra, les hacía muchísima gracia y se reían, yo estaba avergonzada, parecía que no nos habíamos lavado en años. No dejaron un centímetro de piel sin restregar, de arriba abajo, incluida la cabeza. Para esta zona emplearon un peine redondo que luego nos lo compramos en un mercadillo y ahora lo uso una vez a la semana. Todo esto sucedía en un ambiente festivo y con muchas risas. Para terminar nos dieron un masaje relajante de pies a cabeza cómo no he disfrutado nunca!!! me quedé flotando y en ese estado me llevaron a otra sala para descansar. A la salida, nos envolvieron en toallas.
Una vez vestidas pero todavía con las toallas en la cabeza y en la espalda nos subieron al coche, aunque vivían a  dos calles, para no enfriarnos.
Al llegar a la casa del novio  tenían preparado un Tajik de pollo, -creo que se escribe así- que nos supo riquísimo después del ajetreo del Hamman.
Estábamos con la fruta que es estupenda, cuando llegaron las profesionales de la Henna. Nos pintaron los pies y las manos con jeringuillas con las que dibujaban guirnaldas de flores y motivos geométricos, ¡unas artistas!, con qué facilidad manejaban la jeringuilla. Kamel, la cuñada de Nabila, lo completo pintándonos las uñas.
Ya estábamos preparadas para la BODA… (continuará)
Mercedes

2 comentarios:

ASM dijo...

Qué experiencia más bonita!!!! Todavia recuerdo cuando nos lo contaste de palabra y te insistimos para que lo compartieras en viernes porque nos parecía interesante y muy divertido. Todavia no he escuchado la versión de Silvia que conociendola, promete ser hilarante. Tu próxima visita a Madrid con unas cañas...

Maria Luisa dijo...

Que suerte! Y que bonitas las fotos de la henna.
Espero impaciente la segunda parte!