Es curioso que nunca haya elegido Zamora para mi lugar en el mundo. Será porque no lo es. O porque no quiero atormentar a mi entorno con la insistencia de siempre. Pero si Amparo me pide un lugar en el mundo y en este momento no se me ocurre otro mejor, tendrá que ser el mirador que desde la Iglesia de San Cipriano te permite ver la Plaza de Santa Lucía y el Río Duero. El Duero en Zamora es un río magnífico. No está muy lejos de Oporto y ya no tiene muchas oportunidades de aumentar. El Duero estaba ya ahí cuando Urraca retó a Sancho y al mismísimo Cid, así que me gusta reconocerlo como el testigo permanente que contempla la decadencia de la ciudad castellana (¡ya me preparo para oir a los leonesistas...!). Me gusta la reina zamorana a pesar de que los zamoranos no hemos podido mantener su memoria a través de los nombres de las niñas por motivos obvios. Los zamoranos estamos muy acostumbrados a la presencia de las cigüeñas en Santa Lucía y San Cipriano pero son las protagonistas de las fotos para los turistas. Antes se iban y volvían pero ahora no distinguen el paso de las estaciones y han decidido quedarse. Me gusta que hayan elegido la Iglesia de Santa Lucia (bueno o el Palacio del Cordón o de puñonrostro, mejor) como sede del museo arqueológico. Me gusta ver esa foto que retrata a una familia zamorana a principios del siglo XX. Y el precioso mosaico romano de Santa Cristina. Aunque echo de menos la momia que mi abuelo me llevó a ver cuando era tan pequeña que se me reprochará que no tengo ni memoria para reclamar su presencia. Ese mirador ha visto desde arriba y desde la plaza pasar mi vida. Puedo asegurar que todos los años de mi existencia he pasado por ahí en algún momento, casi siempre en primavera. Y me sigue emocionando apoyarme en la piedra con el parador detrás de mí y mirar a la recoleta Plaza de Santa Lucía.
Ana Ruiz
5 comentarios:
Pues tendremos que ir también a Zamora! Yo por desgracia y a pesar de haber ido miles de veces, no la conozco bien...quiza por que casi siempre iba en Semana Santa (no recuerdo si era jueves o viernes) o a las cuevas del perdigon...que tiempos...
Besos
Soniapt
Yo tambien he ido varias veces a Zamora y me quedo con la última. Fui a hacer un curso del trabajo y nos alojaron en un hotel muy chulo en el centro, enfrente del Mercado de Abastos. Era Junio y un dia estuvimos en la terraza del Parador tomando vinito hasta la hora de la cena en el hotel. Recuerdo que fue mágico, en parte por la compañía (colegas de curro y vierners a la vez), en parte por los vinitos y desde luego por la puesta de sol asomadas al Duero y a la parte con mas encanto de Zamora.
Mi amada Zamora, mi tierra, mis raíces, mi alma... mi Ana
Teño morriña, teño saudade...
Con lo bien que lo describes, a ver quien se atreve a no visitar y pasar por alto esa esquinita zamorana!!
Qué bonito post, Ana.
Publicar un comentario