El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan


Patricio Pron
Editorial Mondadori
217 páginas

Leo en la contracubierta de esta antología de relatos: “Uno no termina con la nariz rota por escribir mal; al contrario, escribimos porque nos hemos roto la nariz y no tenemos ningún lugar al que ir”. Es una frase de Chejov, cuentista por excelencia junto a otros cuantos. Sigue otra del propio Patricio, que confiesa haberse dado a la escritura porque “… en Alemania tenía la nariz rota y ningún lugar al que ir. La nieve que caía sobre mis espaldas recortaba en el suelo una figura que era la mía, dibujada por omisión sobre las baldosas, como la de un fantasma”. Difícil quedarse ahí, resistirse a agarrar el libro, empezar por la primera página, y dejarlo en la última, con ganas de más. Ganador, con su última novela El Comienzo de la primavera del Premio Jaén de Novela, esta nueva referencia supone en cierto modo una vuelta a sus orígenes, los del cuento, los que le valieron la comparación con la Respiración artificial de Ricardo Piglia. Y aunque son suficientemente diversos como para satisfacer a un amplio abanico de paladares literarios, en todos ellos está el marchamo Pron: obras de concepción arquitectónica, independientemente de su extensión, de precisión mecánica, sin fisuras en la trama y dotadas de un lenguaje portentoso. Si damos la razón a Hemingway cuando dijo que un relato tenía que ser como un puñetazo en el estómago, por certero y directo, aquí tenemos dieciocho: poblados por seres aquejados de soledad, de enfermedad, de incomprensión y de rebelión contra lo inexplicable, encontramos una magnífica exploración de la identidad, la memoria y la mentira, sobre un fondo que recuerda esplendores pasados.
Amelia

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias Amelia, por la recomendación, a mi los cuentos me encantan, sobre todo porque no tengo tiempo de leer mucho y un cuento siempre hay tiempo para leerlo.
Se me ocurre, podías, algún día, hacer una crítica algún libro de autor del barrio...
Besos,
Soniapt